Este campo de sabiduría, de consciencia pura, “no local” nos observa y escanea constantemente en cada respiración, en cada movimiento definiendo nuestra realidad; cuando intercambiamos con el campo, vemos una realidad completamente diferente de la que cuerpo-mente nos muestra, así es que comenzamos a vivir otras experiencias que caben en la expresión, «morir y volver a nacer».
Ya no interpretamos la realidad, la vivimos